QUE TERNURA Y QUE BELLEZA DE POEMA DEDICADO A A TODAS ESAS MUJERES
ABUELAS, MADRES, HIJAS Y NIETAS, QUE DIA A DIA CON SU TRABAJO, Y MIMO, ENGALANAN ESOS HERMOSOS PATIOS...
Las macetas de la abuela.
Mañana de primavera,
luz en la calle Postrera,
color en Martin de Roa,
cal y pozo en San Basilio.
Por todo el Alcázar Viejo,
Judería, San Andrés…,
la abuela con delantal
riega macetas colgadas
que están besando la cal.
¡Qué ternura se respira!
Van los dedos de la abuela
acariciando geranios,
quitando flores marchitas
y hojas que amarillean;
el geranio
generoso
agradece sus caricias
y regala con sus flores
los ojos de quien le cuida.
Su nieta le está mirando,
admirando su pericia,
junto al pozo engalanado
por coro de gitanillas.
José Luís Sánchez