que se trasmiten buena sintonia.
improvisado...
Mis
lágrimas.
Mis lágrimas eran las tuyas
flores blancas en los ojos
que brotaban con dulzura
al ritmo de tus palabras.
Y cuando ellas brotaban
limpiaban de sal el alma
que sin noche lloraba
recordando otras mañanas.
Eras una ninfa fuera del agua
expulsada por tu padre río
mientras tu madre callaba
esperando la moneda de sus ojos.
¡Sufrías! por tus ojos y manos
en el aire quieto que mora
por los campos del recuerdo
y que al recuerdo añora.
Eras grande en tu sentir
y yo dichoso al ver tu altura
que rebozando de dulzura
se mostraba en llanto generoso.
¡Qué más puedo decir!
¡Qué palabra me falta!
Todo emana de ti
porque eres la palabra.
Era una niña,
me alimenté de tu pecho,
me dormí en tus brazos
y pasó el tiempo.
Hoy tú eres la niña
que no sabe hablar
porque eres pequeña
y te venció el sueño.
Yo era una niña
cuando me enseñabas
a vivir con cariño
y sonreía en mi infancia.
Hoy te despides del mundo
sin pronunciar palabras
mientras te miro
y parece que te escucho.
Cuando era niña
me arropaba en tus brazos
y me sentía plena
cuando me mirabas.
Hoy te miro en silencio
y mi pena se eleva
por el paso del tiempo
que de ti me separa.
Pero quedarás madre
en mi alma que es blanca
y que nunca te olvida
pues me has dado la vida.
Se quedó en silencio
y me quedé yo
huérfana de su voz.
¿Qué aire mudo
se hizo negro?
En mi alma se aferró
un hondo hueco de pena
como una espada de hielo
que llegó sin avisar.
¿Por qué? Me pregunto,
y me responde el silencio.
La caricia de sus ojos
sólo vive en mi silente
entre palabras calladas
que prisioneras se duermen.
¡Ay mi madre!
¡Tan querida!
Maestra de mis aguas,
doctora de mis heridas.
¡Qué daría yo por verte
con una sonrisa limpia!.
Hoy he llorado contigo
y te veo como una flor
que entre desiertas arenas
sabe regalar su olor.
Gracias por todos los momentos compartidos
Gracias por tus maravillosos ragalos
Caballero de la Linda Palabra...
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